martes, 8 de enero de 2013

Siempre es valioso volver a los clásicos.

'El Dios' o 'La Naturaleza', de Spinoza

Despertando al amanecer, Miró.

Dios hubiera dicho:

" Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que  quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
  
 Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

 ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.

Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

 Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad  fuera algo malo.

 El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes  expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí  por todo lo que te han hecho creer.

 Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada  tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un  paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito...  ¡No me encontrarás en ningún libro!

 Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi  trabajo?

 Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

 Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar.  Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias...  de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para  quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios loco puede hacer eso?

 Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas atención en  tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

 Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
 Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
 Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
 No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero  te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única  oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. 
 Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te dí.
 Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste?...  ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?...
 Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

  Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?...  ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

 Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.   ¿Para qué necesitas  más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
 No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti."
 Baruch Spinoza.
 

jueves, 25 de octubre de 2012

Ego, conciencia, alma, en pocas palabras

Alejandro Jodorowsky, nuevamente en forma clara y sencilla, define el alma como la conciencia con todas sus redes neuronales interconectadas, hace una observación sobre Carl Jung y le da una vuelta al trabajo artístico como expresión del ego. Que lo disfruten.

miércoles, 11 de julio de 2012

El proceso de expandir la conciencia. Wilber + Terapia Gestalt


El texto de abajo es una mirada personal sobre algunos capítulos del libro de Ken Wilber, Conciencia sin fronteras, relacionando los conceptos con la terapia gestalt. Principalmente hablo de como es el proceso de expandir nuestra conciencia, nuestra identidad, de modo de no acotar nuestra experiencia con el mundo ni nuestra capacidad para ser felices, a través de identificaciones limitantes. Llego hasta el nivel del centauro, dejando para otro momento los niveles transpersonales. Este texto es parte de una serie de trabajos prácticos para la carrera que estoy estudiando acá.

A lo largo de nuestra vida podemos transitar por el proceso evolutivo de expandir nuestra identidad derribando las fronteras que nos separan de nuestro Ser verdadero. Lo que nos sucede, cada vez que construimos una demarcación nueva, es que limitamos y restringimos el sentido de “lo que somos” y nuestra identidad inicial se desplaza progresivamente desde el universo al organismo, y de este al ego y a la persona. De esta forma nuestro “yo” se empequeñece cada vez mas mientras que “lo que no soy” se agranda. Este proceso se da sin darnos cuenta mientras crecemos inmersos en las diferentes sociedades y culturas que generalmente potencian estas limitaciones de la identidad que sufrimos.
Expandir nuestra conciencia implica disolver una demarcación mediante el reconocimiento de una proyección. Entramos en contacto con estas dualidades o demarcaciones artificiales cuando comenzamos a percibir sentimientos de infelicidad e insatisfacción con la vida.  Debemos interpretar bien el sufrimiento para poder penetrar en él, vivirlo y trascenderlo al fin. La mayoría de las personas nos encontramos atrapados en el nivel de la persona donde se establece una demarcación entre lo que nos gusta de nosotros mismos (persona) y lo que no nos gusta (la sombra). Estas facetas negadas, pero que nos pertenecen, son proyectadas y parecen como si existieran ahí afuera en nuestro entorno.  Al disolver esta demarcación logramos un Ego sano y una imagen más verdadera y sin tantos conflictos sobre nosotros mismos.
El nivel del centauro es ir un poco más allá en este proceso evolutivo de derribar demarcaciones. Nos permite lograr un sentimiento de identidad más amplio y estable que el Ego, cuya identificación se da exclusivamente con las acciones voluntarias. La frontera a derribar para acceder al nivel del centauro es la separación que hacemos entre el Ego y el cuerpo. El ego esta exclusivamente identificado con la mente y nuestra identidad reducida a lo que pensamos. El cuerpo, al igual que pasaba con la sombra, se convierte en una proyección como si no formara parte de lo que realmente somos, sino solo una pertenencia que nos cuelga por debajo. La proyección de éste se manifiesta como “bloqueos”, que son zonas de tensión y rigidez ancladas en el mismo cuerpo, generados por la contención muscular de algún impulso o sentimiento tabú (involuntario). La clave para entender el significado de un bloqueo y comenzar a derribar esta frontera es observar en que parte del cuerpo se produce y volverlo conciente a través de diferentes técnicas. No son involuntarios los bloqueos sino algo que nos hacemos activamente nosotros mismos por mas que no nos demos cuenta que los estamos creando. La sensación de tomar conciencia sobre esto libera energía de la guerra de los músculos, pero para poder disolver los bloqueos permanentemente tendremos que abrirnos a las emociones involuntarias enterradas bajo ellos. Así podremos empezar a aceptar como naturales toda clase de cosas que no podamos controlar. Nuestra identidad se integra en la medida que podamos sentir que nuestros procesos voluntarios e involuntarios (que en este nivel son lo mismo) forman parte de lo que somos. Esto genera un profundo sentido de la responsabilidad que nos vuelve protagonistas de lo que sentimos, que no es lo mismo que ser controladores.
El nivel centauro es el gran nivel del movimiento del potencial humano, del existencialismo, de las terapias humanistas, que toman como base la integración de mente, cuerpo y emociones. Por todo esto e inclusive porque la división original entre ego y cuerpo se basa, en parte, en el rechazo del cuerpo por su capacidad de experimentar dolor y el consecuente miedo a la muerte, es que acceder a este nivel nos enfrenta con las preocupaciones existenciales sobre la vida y la muerte, la autenticidad, la autorrealización y el significado de Ser.
El enfoque gestaltico considera al ser humano tanto individuo como también parte de un grupo, tomando una base de operación amplia. Trabaja sobre una de las cualidades esenciales que promueven la supervivencia de cualquier persona: el autoapoyo.  Por eso focaliza sus técnicas y herramientas en el aquí y ahora, haciendo hincapié en lo que el paciente sabe, en el “darse cuenta” del mundo interior, del cuerpo y del contexto exterior en el momento presente. El objetivo es aumentar progresivamente su capacidad de darse cuenta en todos sus niveles. Acá vemos que importante es este tipo te terapia para trabajar al nivel del centauro, ya que además esta escuela nos dice que la capacidad de darse cuenta y la incapacidad de darse cuenta no son exclusivamente procesos mentales. Muchas de las dificultades, por ejemplo, del neurótico se relacionan con su incapacidad de darse cuenta de las cosas y relaciones que sencillamente no llega a sentir. La gestalt no se queda con una sola causa ya que cree que la división físico-mental o mente-cuerpo es una división enteramente artificial y que concentrase en uno de los dos términos ayuda a preservar la neurosis. Darse cuenta tiene que ver con la integración de ambos generando integridad y espontaneidad en la forma de vivir del paciente.  Observamos como el apoyo pleno de uno mismo (superar la necesidad de apoyo ambiental) puede venir únicamente mediante el uso creativo de las energías que están comprometidas en los bloqueos (físico-mental) que impiden el autoapoyo. Por eso la gestalt introduce en el paciente la mentalidad de responsabilidad para lograr un contacto pleno con su Ser autentico. 
Martín Pato 

lunes, 18 de junio de 2012

El dilema del cambio


Les dejo un interesante artículo que escribió un amigo sobre un capitulo de un libro de Fredy Kofman, para la carrera que estamos estudiando. Nos ayuda a entender que es lo que sucede cuando decimos que queremos cambiar y no lo logramos, como también a entender que cada cosa que hacemos la hacemos por una razón.




Nos contradecimos. Decimos que queremos cambiar actitudes, hábitos, rumbos, lo que sea,  y sin embargo no lo hacemos.  Queremos algo nuevo, pero no nos animamos a abandonar el equilibrio, y en vez de dar el paso nos quedamos en lo conocido y seguro aunque ya se nos haya vuelto insatisfactorio en algún punto.


Es que detrás del cambio que buscamos hay una contraposición de intereses y es aquí donde se encuentra el dilema. Para poder resolverlo necesitamos entender qué es lo que nos lleva a no cambiar, porque seguramente encontramos un valor oculto, no reconocido, en ese accionar que parece contradecirse con nuestros valores explícitos, con nuestros deseos de cambio.


Esta situación nos incomoda, nos genera un malestar que es liberado en forma de queja.  A viva voz reclamamos ese valor que anhelamos, nos quejamos porque es algo que nos importa mucho. Y aquí debemos estar atentos de no quedarnos solo con la queja de modo de no caer en la trampa del lamento tranquilizador, poniéndonos en víctimas de causas externas o desvalorizándonos a nosotros mismos. Es necesario que investiguemos la raíz de esa queja para que podamos descubrir que detrás de ella está eso que tanto valoramos y que su falta nos genera dolor.


Reconociendo esto  podemos corrernos del rol de víctimas, porque vemos que de algún modo podríamos cambiar aquello que nosotros mismos contribuimos a crear. Para ello es necesario que pasemos a tomar responsabilidad de nuestros actos y en lugar de negar y disociar nuestras conductas contraproducentes, aprendamos de ellas.


Pero…además de esto, ¿a que le tememos?  En una situación de cambio solemos encontrarnos ansiosos, preocupados y a la defensiva, y estos son sentimientos coherentes, porque seguramente en ese cambio, estamos temiendo perder parte de nosotros mismos, algo contrapuesto a nuestro objetivo primario pero igualmente importante. Es esta parte de nosotros generalmente no reconocida e inconciente, lo que llamamos valor sombra, ese aspecto que solemos no reconocer, del cual tal vez no estamos tan orgullosos y por lo tanto tendemos a esconder en la oscuridad de nuestro sótano, pero que sin embrago valoramos mucho. Es esta contraposición con el valor primario lo que nos deja en un equilibrio que no nos permite el cambio.


¿Y como salimos de esta situación? Sabemos que las buenas intenciones no alcanzan. Hay que poner el cuerpo en acción, comprometiéndonos con nuestro autoconocimiento, con las prácticas, con el análisis, observándonos en nuestras conductas y descifrando desde donde opera nuestro modelo mental, cuyo emergente son las verdades dogmáticas, porque lo cierto es que no vemos las cosas como son, sino como somos. Entonces no podemos aferrarnos a una idea vieja de nosotros mismos,  tenemos que estar flexibles para poder transformar nuestras verdades dogmáticas en supuestos cuestionables,  reconociendo que podemos dudar, que podemos contradecirnos, y actualizarnos a nuevas ideas, lo cual nos abre las puertas para como dijo Gandhi: ser el cambio que deseamos ver.


Guillermo Pieragostini


Imagen: David Frank

martes, 15 de mayo de 2012

"Las mujeres pueden cambiar el mundo en las próximas décadas"

Una bruja es una persona con poder personal dice Jean, y cada vez reconozco mas ese poder en algunas mujeres que son pura conciencia intuitiva y poseen esa compasión femenina tan sabia. Gran entrevista la que sigue a continuación, que ademas también nos invita a los hombres a resonar con nuestro lado femenino, nuestra bruja.


ENTREVISTA A JEAN SHINODA BOLEN

Todo lo que ha aprendido lo ha explicado en sus más de treinta libros. En El millonésimo círculo nos propone que formemos círculos de mujeres. “Un círculo digno de confianza tiene un centro espiritual, un respeto hacia los límites y una poderosa capacidad de transformar a las mujeres que lo constituyen.” Pero llega más lejos cuando dice que los círculos de mujeres pueden acelerar el cambio de la humanidad. Está convencida de que la era patriarcal toca a su fin.

Jean Shinoda Bolen tiene 68 años. Es de familia japonesa y nació y vive en Los Ángeles. Doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en la Universidad de California, está divorciada y tiene dos hijos. Cree que Iraq es Vietnam repetido una y otra vez, y que es una pena que tengamos que aprender a través de tanto sufrimiento. Dice que la espiritualidad une y las religiones dividen.

-¿Quejarse es perder el tiempo?

-¿Claro!

-Hay mucho que aprender...

-Por eso a mi me interesan las mujeres maduras, con humor y activas. A partir de los 40 años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de cualidades potenciales que hay dentro de ti. Entonces te entran ganas de convertirte en bruja.

-No se yo...

-Se lo diré de otra manera: una bruja es una persona con poder personal.

-Eso me gusta.

-Las brujas sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo que o les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes. Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.

-¿Algo más?

-Sí. Las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, ni imploran, ríen, y tienen los pulgares verdes.

-¡...!

-Quiero decir que tienen mano con las plantas. Y también con los animales. Primero aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben reconocer lo frágil y lo que tiene valor, y también lo que debe ser podado.

-¿Hay que esperar a la vejez para ello?

-Cuanta más edad, más camino aprendido. La observación compasiva de la vida de los demás te enseña mucho, y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. Algunas mujeres, muy pocas, son sabias a partir de los 30 o 35 años; esas a los 60 son increíbles.

-¿Qué nos quiere transmitir?

-Que las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero que si no lo hacen ya, probablemente ya no lo harán.

-¿Por qué dice eso?

-Tras el extremo feminismo de los 70, ahora el péndulo se haya en el centro por eso tenemos que aprovechar este momento. Las mujeres que se lo permiten pueden hoy llegar al equilibrio, a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.

-¿Un camino colectivo?

-Por supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.

-¿Y cuál es el secreto para lograrlo?

-El millonésimo círculo. Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un componente espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de otras mujeres y contando los tuyos, adquieres fuerza.

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Fuente: Entrevista publicada en La Vanguardia

lunes, 7 de mayo de 2012

Conceptos mediante metáforas

Un juego que publicó Alejandro Jodorowsky el pasado 29/4 y que reproduce la búsqueda del talento poético, con preguntas existenciales respondidas metafóricamente.



1.- ¿Qué es el materialismo? // Es exaltar el jamón negando al chancho.
2.- ¿Qué es el alma? // Es un océano encerrado en una de sus gotas.
3.- ¿Qué es el amor? // El regalo más bello que podemos recibir en toda nuestra vida.
4.- ¿Qué es la vida? // El sueño incesante de la nada.

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lunes, 5 de marzo de 2012

Pólitica, espiritualidad y conciencia


Por una política terapéutica y espiritual, por Alfonso Colodrón

[...]

Los Mercados, la Bolsa, la Deuda soberana y “su Prima” de Riesgo… los Índices de Crecimiento –simples dígitos contables que pongo con mayúsculas como si fueran personas- toman el espacio de la realidad. Pregunta: si de un día a otro las Bolsas de Madrid, Londres, Nueva York o Tokio experimentan pérdidas de varios miles de millones, ¿quiere decir que en 24 horas existen menos reservas de oro en los Bancos, menos petróleo en los pozos, menos cereal o arroz en los graneros, menos fábricas, comercios, museos, inmuebles, obras de arte, bosques, tierras cultivables, agua potable en el mundo? Sin embargo, cunde el pánico y se cierran empresas, se despiden trabajadores, se acumulan reservas de alimentos, suben los precios y… sigue la espiral que un día nadie podría contener. Pura psicología de masas, que aparentemente nadie controla, pero de la que una ínfima minoría se beneficia y algunos tienen el poder de provocar calculadamente.

Así que no son terapéuticas las medidas que adoptan los políticos empujados por los especuladores, inversores y anónimos “mercados”. ¿Qué pasaría si todos ellos acudieran a una terapia eficaz de introspección, de saber dónde se encuentra su verdadera felicidad, equilibrio interior y armonía con el entorno? Si averiguasen que todo está interconectado y la felicidad individual es una quimera dentro del sufrimiento colectivo.


Otra pregunta. Para entrar en la policía se exige pasar unas pruebas psicológicas para que no se cuele ningún desequilibrado. ¿Por qué para ser político solo es necesario escalar puestos en un partido hasta ser elegido en función de un programa ideológico? ¿Cómo es posible que para ser juez y tener el poder de privar de libertad –y en muchos países todavía de la vida- únicamente es necesario estudiar y ganar unas oposiciones memorizando temas? ¿Quién juzga al juzgador sobre su salud mental, emocional y ética? ¿Quién controla los intereses corporativos, las envidias, sus ideologías, sus fobias y prejuicios?


Y si hablamos de ética, conectamos con algo más intangible muy cercano a lo espiritual. Algo que tiene que ver con la universalidad del ser humano, con la unidad con la naturaleza y todo lo que nos rodea. En último término con el amor, que la Revolución francesa resumió en libertad, igualdad y fraternidad. Como diría Ikkyu, monje Zen y místico japonés del siglo XIV, “un solo vislumbre del verdadero ser humano y ya estamos enamorados”. ¡Qué diferencia si los políticos estuviesen enamorados de la humanidad, de los ciudadanos a los que pregonan servir!


Viendo el panorama, muchas personas se acantonan en sus vidas privadas, se consuelan con los grandes espectáculos de masas y se alimentan de los triunfos de sus equipos y estrellas triunfadoras. Es lamentable, pero comprensible. Sin embargo, nunca comprendí a los terapeutas que no conectan la transformación interior con los cambios del entorno social, ni a los buscadores espirituales que creen que con su simple toma de conciencia y sus prácticas es suficiente. Incluso Aurobindo, que se retiró de la política para convertirse en uno de los maestros espirituales más respetados del siglo XX, desde su retiro en su Ashram de Pondicherry estuvo al corriente de la Guerra civil española, hasta el punto de comentar favorablemente la personalidad del general Miaja, queorganizó la defensa de Madrid, y durante la Segunda Guerra Mundial apoyó activamente la causa aliada.

 

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