lunes, 5 de marzo de 2012

Pólitica, espiritualidad y conciencia


Por una política terapéutica y espiritual, por Alfonso Colodrón

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Los Mercados, la Bolsa, la Deuda soberana y “su Prima” de Riesgo… los Índices de Crecimiento –simples dígitos contables que pongo con mayúsculas como si fueran personas- toman el espacio de la realidad. Pregunta: si de un día a otro las Bolsas de Madrid, Londres, Nueva York o Tokio experimentan pérdidas de varios miles de millones, ¿quiere decir que en 24 horas existen menos reservas de oro en los Bancos, menos petróleo en los pozos, menos cereal o arroz en los graneros, menos fábricas, comercios, museos, inmuebles, obras de arte, bosques, tierras cultivables, agua potable en el mundo? Sin embargo, cunde el pánico y se cierran empresas, se despiden trabajadores, se acumulan reservas de alimentos, suben los precios y… sigue la espiral que un día nadie podría contener. Pura psicología de masas, que aparentemente nadie controla, pero de la que una ínfima minoría se beneficia y algunos tienen el poder de provocar calculadamente.

Así que no son terapéuticas las medidas que adoptan los políticos empujados por los especuladores, inversores y anónimos “mercados”. ¿Qué pasaría si todos ellos acudieran a una terapia eficaz de introspección, de saber dónde se encuentra su verdadera felicidad, equilibrio interior y armonía con el entorno? Si averiguasen que todo está interconectado y la felicidad individual es una quimera dentro del sufrimiento colectivo.


Otra pregunta. Para entrar en la policía se exige pasar unas pruebas psicológicas para que no se cuele ningún desequilibrado. ¿Por qué para ser político solo es necesario escalar puestos en un partido hasta ser elegido en función de un programa ideológico? ¿Cómo es posible que para ser juez y tener el poder de privar de libertad –y en muchos países todavía de la vida- únicamente es necesario estudiar y ganar unas oposiciones memorizando temas? ¿Quién juzga al juzgador sobre su salud mental, emocional y ética? ¿Quién controla los intereses corporativos, las envidias, sus ideologías, sus fobias y prejuicios?


Y si hablamos de ética, conectamos con algo más intangible muy cercano a lo espiritual. Algo que tiene que ver con la universalidad del ser humano, con la unidad con la naturaleza y todo lo que nos rodea. En último término con el amor, que la Revolución francesa resumió en libertad, igualdad y fraternidad. Como diría Ikkyu, monje Zen y místico japonés del siglo XIV, “un solo vislumbre del verdadero ser humano y ya estamos enamorados”. ¡Qué diferencia si los políticos estuviesen enamorados de la humanidad, de los ciudadanos a los que pregonan servir!


Viendo el panorama, muchas personas se acantonan en sus vidas privadas, se consuelan con los grandes espectáculos de masas y se alimentan de los triunfos de sus equipos y estrellas triunfadoras. Es lamentable, pero comprensible. Sin embargo, nunca comprendí a los terapeutas que no conectan la transformación interior con los cambios del entorno social, ni a los buscadores espirituales que creen que con su simple toma de conciencia y sus prácticas es suficiente. Incluso Aurobindo, que se retiró de la política para convertirse en uno de los maestros espirituales más respetados del siglo XX, desde su retiro en su Ashram de Pondicherry estuvo al corriente de la Guerra civil española, hasta el punto de comentar favorablemente la personalidad del general Miaja, queorganizó la defensa de Madrid, y durante la Segunda Guerra Mundial apoyó activamente la causa aliada.

 

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alfonsocolodron.net  


2 comentarios:

  1. Es muy interesante el planteo, pero olvida que todo sistema tiene un fuerte componenete simbólico. El dinero es el símbolo que predomina en la mente de los seres humanos desde hace´siglos. El más claro exponente de este problema fue Dalí, quien en un reportaje dijo: "la religión del siglo XX es el dólar". Habrá que buscar otro sistema de símbolos para abandonarlo. Abrazo.

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  2. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA


    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente.


    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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