martes, 15 de noviembre de 2011

Hay que estar dispuesto a trabajar seriamente en nuestro mundo interior.

La expansión de conciencia tiene que ver con integrar las diferentes visiones de la vida con las que convivimos, desde el amor y el profundo conocimiento interior. Por eso les comparto una nota a Jacques Bouveresse donde transita diferentes temas pero atravesados por el mismo eje.



"Lo triste es no haber sido capaz de amar a más personas"

Entiendo y apruebo los movimientos de rebelión que está produciendo esta crisis.

Toda una declaración de principios.

Kraus ya denunció a principio del siglo XX el fenómeno de la dictadura del mundo financiero. Me gustaría que las nuevas generaciones supieran que para realizarse en la vida no sólo cuenta el dinero. La vida es un esfuerzo digno de mejor causa.

¿Cree que no lo perciben?
Hay demasiada gente en el mundo que vive en condiciones miserables y se acepta tranquilamente; es espeluznante. A la crisis financiera se suma la crisis moral, esa incapacidad de mostrar sensibilidad hacia los demás, y tiene consecuencias catastróficas.

Culpa usted a la prensa de muchos de los males contemporáneos.
El principal problema es su falta de independencia. Kraus ya anticipó en 1899 el peligro de que el poder económico, el político y el mediático estuvieran en las mismas manos, y ahí están Rupert Murdoch o Berlusconi. Pero todavía quedan periodistas honrados.

Menos mal, estaba un poco asustada.
Creo que lo más difícil es saber hasta qué punto la prensa refleja la opinión pública o la crea. La prensa estadounidense más seria se dejó manipular por el Gobierno para decir que había armas de destrucción masiva en Iraq y que era necesaria una guerra.

¿Qué hace falta para hallar un poco de paz, de felicidad?
En las sociedades en las que vivimos, cada vez es más difícil hacer esa distinción entre las necesidades esenciales y las que no lo son. Nos proponen cosas por todas partes, los objetos nos estorban.

Interesante apreciación.
Nos creamos necesidades artificiales de las que somos cada vez más dependientes. Nos rodeamos de obstáculos que paradójicamente nos impiden llevar una buena vida. Déjeme que le cuente un cuento de Tolstói.

Qué bien.
La historia de un campesino a quien el propietario le dice que le regalará la tierra que sea capaz de recorrer en un día. El campesino corre y corre. Cuando al final del día llega al punto del que había partido está tan exhausto que muere de agotamiento. Al final ha obtenido la extensión de tierra que necesitaba para poder yacer en ella.

¿Qué ha sido lo esencial en su vida?
El amor por las personas próximas, y de forma más general por el ser humano.



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